Efecto placebo

Una oscura noche de Marzo, llevamos a cabo mi amigo leonés y yo un experimento que demuestra con creces: El Efecto Placebo.

Pongámonos en contexto. Fiesta en casa de un amigo erasmus por la noche. Nos invita a asistir con el requisito de que traigamos algo de bebida. Hasta aquí todo normal. Con el paso de las horas, la gente empezó a mostrar signos de embriagadez, como es obvio en este tipo de acontecimientos. 

Nosotros, pobres de bolsillo pero no de espíritu, trajimos una botella del famoso Ron Don Pedro, de 4.5€, con lo que todo parecido que pudiera tener con la realidad, era solo debido a nuestra imaginación. 

Sin embargo, a mitad de la noche, una chica española que conocimos nos invitó de forma cordial a tomarnos una copa de su Vodka Absolut. No era plan de empezar a mezclar; pero mejor vodka que no el petróleo que estábamos bebiendo. 

Ojo avizor, observamos como la gente gorroneaba de las botellas de todo el mundo y fué en ese preciso momento al sacar el Absolut, cuando como buitres a la carroña, empezó la masacre. La víctima al menos no sufrió, ya que en menos de 5 minutos fué abatida.

Aquí empezó la diversión. De forma perspicaz me propone mi amigo el rellenar la botella con agua del grifo sin que nadie nos viera. Resultó ser la idea de las ideas. Tardó poco en correrse la voz del vodka gratis, y nuestra bebida espirituosa comenzó a hacer furor. El público estaba entusiasmado con este vodka tan bueno, puesto que la botella de forma mágica parecia que no se acababa nunca. Todos querian beber ya Vodka-Lemon, y dicho y hecho. Rellenamos más de 3 veces la botella a lo largo de toda la noche y nadie, absolutamente nadie, se dio cuenta de que lo que bebia era solo agua. Es más, un italiano que bebidó solo "vodka" y con mucha alegría, iba muy bebido, según decía él. Mi amigo y yo no parábamos de reir al verlo tan "ubriaco" -como dicen los italianos- después del empanzinamiento de agua y fanta de limón que se había dado.

Corolario: Una fiesta se pasa igual de bien bebiendo solo agua.