Admiración, asombro, estupefacción, encanto, fascinación... y así podría nunca acabar para poder describir el lugar de residencia de la élite de España en Bolonia (Italia).
Solo son doce los elegidos para poder estudiar su doctorado aqui, doce magníficos, que por sus méritos académicos tienen la oportunidad de disfrutar del legado de D. Gil de Albornoz, Arzobispo de Toledo y Cardenal Primado de España. Después de reconquistar los Estados de la Iglesia, el Legado Pontificio Don Gil de Albornoz, obtiene de Inocencio VII licencia para testar, y así lo hace ante Notario Apostólico en Ancona - ya en el pontificado de Urbano V - a 29 de septiembre de 1364. Con ese testamento instituye por su heredero universal un Colegio de estudiantes (scholarum) que manda construir en la ciudad de Bolonia en un lugar digno próximo a los Estudios: "la cual Casa, o Colegio, quiero que se llame Casa Española".
El Colegio de España pasó a llamarse Real el seis de enero de 1530, cuando Carlos I de España y V de Alemania - pocos días antes de ser coronado Emperador - le otorgó la Protección Regia por sí y sus sucesores para mayor garantía del cumplimiento de los fines fundacionales. Protección que, uno tras otro, han renovado los sucesivos monarcas españoles hasta nuestros días.
Lo más sorprendente de este Colegio es su autonomía tanto política como económica, ya que desde el S. XIV se autofinancia gracias al legado de Don Gil de Albornoz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario