Después de unos días agotadores, dormimos hasta bien entrada la mañana del domingo para recuperar fuerzas, necesarias en el final de nuestra aventura por tierras de la Toscana italiana.

Nuestra primer parada se sucede en Brolio, pequeño poblado marcado por su espectacular castillo medieval y sus jardines en laberinto, en un entorno paisajístico totalmente aislado. El Castillo fué construido en el siglo VII, aunque su momento de máximo esplendor lo alcanzó en el siglo XIII por su importancia estratégica y su lucha constante con Siena. Fué destruido y levantado de nuevo varias veces a lo largo de los siglos, y perteneció siempre a la poderosa familia Ricasoli, que tuvó su momento indiscutible de auge y máximo prestigio cuando un barón de la famila fue elegido Primer Ministro italiano bajo el primer gobierno de Cavour.
Para finalizar nuestra aventura, última parada en Rapolano Terme, lugar donde se encuentra la Fonte Termale dell'Antica Querciolaia, manatial natural que emerge del subsuelo a alta temperatura, con propiedades sedantes gracias a su agua sulfurosa, permitiendo a los bañistas el poder disfrutar en sus piscinas tanto cubiertas como descubiertas.
Espero que este viaje me de para mucho y que pueda siempre recordarlo.
Arrivederci a tutti!
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