Depués de los 65.000.000€ que costó Ricardo Izecson Dos Santos Leite, más conocido como Kaka, a su llegada el pasado 2 de junio de 2009 al Real Madrid C.F. desde el club de Silvio Berlusconi, a nadie ha dejado indiferente su bajo rendimiento.
Balón de Oro en 2007, ilusión de todo madridista, así como parte del macroproyecto iniciado por nuestro querido Florentino Pérez, tocayo universitario.
Pero nada más lejos de la realidad, todos esperábamos un despliegue de futbol mágico, a lo Zinedine Zidane; pero no fue más que un puro espejismo enmascarado.
Los "expertos" lo justificaron como una pubalgia crónica que no pudieron detectar en la revisión médica efectuada antes de su fichaje por el club de Concha Espina.
Aquel tratamiento conservador dejó de manifiesto que el foco del problema no era el pubis, sino una rotura en el menisco izquierdo con afectación en el cartílago.
Alguno de nosotros respiramos aliviados al saber que al menos existía una justificación médica ajena al jugador, que demostraba su inusual falta de magia.
Sin embargo, meses después de su recuperación, todo sigue yendo igual de mal que antes. La afición madridista ya está cansada de esperar, es más, incluso se especula en los medios su posible venta por "45 kilos" al Rubin Kazan ruso.
Hoy, el diario Marca abre su portada con la siguiente noticia: "Kaká acuerda con Mourinho no jugar más hasta que recupere la forma". El objetivo de Mourinho es volver a contar con la mejor versión de Kaká para el tramo decisivo de la temporada. El técnico luso no quiere forzar al centrocampista brasileño, y es por ello que hasta que no esté a su máximo nivel, Kaká no va a jugar.
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