Equivocadamente, pensaba que conocía bastante bien la ciudad de Venezia, después de los muchos viajes y buenos momentos que hemos pasado juntos.
Nada más lejos de la realidad, hoy me ha sorprendido gratamente al respirar el ambiente festivo carnavalesco que embebía toda la ciudad.
Justo al salir de la Estación de Santa Lucía, encontramos a muchos estudiantes de últimos cursos de Bellas Artes, que por un módico precio, plasmaban una máscara pintada en nuestro rostro. Auténticas obras de arte.
El bullicio habitual de estas fechas hacía imprácticable el pasear por sus calles y rincones, repletos de fanáticos por el carnaval, algunos de ellos con unos vestidos y motivos tan elaborados que se dejarían desear por cualquier diseñador de moda.
Máscaras para todos los gustos y bolsillos, ocultando el rostro tal y como haría una red social, práctica que surge a partir de la tradición del año 1601-1700, en donde la nobleza se disfrazaba para salir a mezclarse con el pueblo. Desde entonces las máscaras son el elemento más importante del carnaval.
(Para ver algunas fotos pinchar AQUI)
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