¡Por fín estaba en la ONU!
Nuestro primer día de curso en Bologna fué para mí cuanto menos extraño. Estaba acostumbrado a las clases magistrales de Ingeniería de Caminos, repletas de fórmulas, demostraciones, casos práticos y demás problemas donde el resultado en euros era siempre la finalidad; sin emabargo, el hecho de estar en una clase dinámica con un grado de participación muy alto, donde era tanto o más importante lo que podía aportar el alumno como el profesor, aunque suene a perogrullada, me sorprendió bastante.
Lo primero que hicieron fué asignarnos una de las comisiones que trata las Naciones Unidas, en función de nuestro perfil personal y académico, así como un compañero para trabajar en equipo. Después de un sorteo a nivel mundial, nos tocó el país Santo Tomé y Principe, dos pequeñas islas cercanas a Camerún. Me resentía de aquellas clases aburridas de geografía del colegio, puesto que ahora se me venían encima.
La ONU propuso para cada comisión unos 'topics' que tendríamos que resolver y estudiar antes de partir a New York, siendo éste el fin de todo curso. Los nuestro fueron los siguientes:
I. Assuring Developing Countries’ Sovereignty over their Natural Resources.
II. External debt and development: towards a durable solution to the debt problems of developing countries.
III. Promoting sustainable development practices in transnational corporations.
Antes de embarcarnos en nuestro viaje al nuevo mundo, hicimos una simulación previa en Verona, donde de nuevo por sorteo, nos asignaron al país de Bangladesh. El topic a tratar, muy acorde con estos tiempos revueltos fué: 'Libya: Establishing a No-Fly-Zone'.
La Resolución que hayamos, como era de esperar, asemejaba bastante a la 1973 propuesta por la ONU el 17 de Marzo de 2011.
Sin duda alguna, este proyecto es de los más ambiciosos en los que nunca me he embarcado. Estoy muy ilusionado por esta oportunidad, un tren que no pasa dos veces.
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