El siguiente artículo de http://lacartadelabolsa.com, recibido en un mail a Santiago Niño Becerra creo que refleja fervientemente la situación actual de los ingenieros en España.
Léanlo con cuidado, - las cosas cambian tan rápido que lo que ayer era gris perla, hoy es gris marengo y mañana será negro, pero en fin -.
"El tema de la fuga de capital humano ingenieril me toca muy de cerca, así que voy a describir lo que sucede y, me creo, romper una lanza en su favor, o quizá más de una. Y es que me parece que se obvia demasiado.
El problema es el siguiente: el ingeniero superior en este país está sobre preparado para el tejido industrial existente. Salvo algunas multinacionales o grandes empresas, ninguna otra necesita un profesional así, y aquellas tampoco los necesitan en demasía.
Lo primero que ve un ingeniero al salir al mercado de trabajo es lo siguiente: Empresa controlada férreamente bien por el empresario original, ya mayor, o por sus sucesores sin formación relacionada, con un producto ya establecido y procesos consuetudinarios no registrados.
Aquí el ingeniero simplemente sobra ya que contratar a alguien así implica darle el control para que modernice, registre procesos, ordene, inicie actividades de investigación, plantee posibilidades, mejoras, haga preguntas, etc.. Algo que nunca sucederá ya que el empresario prefiere que las cosas sigan como están. Si funciona, ¿para qué tocarlo?, el problema es que las empresas se constituyeron en una época en la que se carecía de tejido industrial y, salvo que se hiciera rematadamente mal, salían adelante porque no había competencia, pero las empresas necesitan retoques, reglajes para aumentar su eficiencia y, además, llega competencia del exterior. Como no se modernizan queda el siguiente dicho “el abuelo funda, el padre mantiene y el nieto funde”.
Entonces el panorama es el siguiente: ingeniero joven, sobre preparado, infra pagado, con nulas expectativas de poder hacer algo en la empresa en la que está (se ha dado cuenta al mes de estar), con un contrato de oficial de 3ª y negándose a ver cómo se pisotean la lógica empresarial y las buenas prácticas que su formación le ha dado. Solución, irse a algún país donde les importe algo o a la Administración:
- La Administración queda para los que los idiomas no son lo suyo, ahí estamos bastantes (cada vez más) incluso con el título de Doctor y varias patentes funcionando, pero gestadas en la universidad y que han servido para conseguir la jefatura de departamento del que organizaba el cotarro, sufriendo el olvido justo después.
- Alemania o donde se pueda, para aquellos que ya fueron de Erasmus o son más duchos en idiomas. Y creedme, no volverán.
Y para los que digan que es una fuga de capital humano, económico, etc. de España, pues así es. Pero que no se preocupen mucho, que esto se acabará, las reformas educativas van en ese sentido, la fama del ingeniero español se agotará. Y es que, mi generación, la más formada de las que ha habido, se ha enfrentado con la realidad de un país atrasado incapaz de absorberlos y aprovechar la inversión realizada en ellos. Por lo tanto, como debía ser que el sistema educativo no era bueno, ya que no se precisa gente formada, las siguientes reformas han aumentado el fracaso escolar produciendo la masa que, bien entrenada en tareas simples hará las delicias del empresario aquél que sabía tanto y al que el ingeniero joven molestaba con sus preguntas y observaciones.
Pero todo esto es lógico: se intentó modernizar un país a base de libro porque es lo más barato, el plan fracasó y quedó una generación inservible para trabajar en el tajo, así que se abandona la vía de la excelencia académica y se utiliza mano de obra foránea para proseguir las tareas habituales del país. Ahora, ¿qué se hace con el que queda?, ¡que se busque la vida!, y se la buscará y muy bien.
Es más, mi consejo de ingeniero para el que se lo piense es que no mire atrás que nadie le mirará, que aquí sobra y que buen viaje y buena suerte.
En este texto hay experiencias propias, de compañeros y de amigos, y me callo muchas de mis experiencias que demuestran hasta qué punto se pueden llegar a hacer las cosas mal en una empresa porque entraría en el terreno del ¿humor?.
Resumiendo: Exceso de ingenieros + realidad industrial pobre = condiciones no acordes a la formación = emigrar”.
@cotrinatrujillo