De esto hace ya más de 10 años, cuando aún vivía en mi antigua casa de La Florida en Linares.
Una tarde cualquiera decidí ir a arreglar la rueda de mi bicicleta, sin ganas de gastarme mi poco dinero, pensé en ir a un taller cercano a mi casa a ver si me daban algun parche o algo por el estilo; sin embargo y sin saberlo, el mecánico del taller además de arreglarme la rueda me dió un primer empujón para ser ingeniero. Además de regalarme la reparación de la bici, me dio una revista de aeromodelismo.
En aquella época mi subconsciente empezaba a despertar mi pasión por la ingeniería, acrecentándose aún más por un 'proyecto-juego de niños' que tenía en mente: construir un cohete y ponerlo en órbita.
Aunque resulte cómico, hice hasta varios diseños en papel; pero claro, el saber sólo multiplicar y la propiedad conmutativa, me limitaba un poco los cálculos.
Ésto ya venía de familia, porque tanto mi madre como mi tio-padrino son ingenieros, además de ser el sueño de mi abuelo Prudencio.
Por fortuna a mi padre le picó el gusanillo de los aviones también y poco tiempo después empezamos a volarlos en un aeródromo cercano a casa. Primero con motor y luego sin motor, un verdadero lujo y gozada al alcance de cualquiera.
Al final me decanté por la obra civil.
¿A qué me recuerda a mí ésto...?
Yo me acuerdo cuando el Tito Javier no pudo aterrizar el avión y choco contra el coche haciéndole un gran agujero a este....
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