Más importante que la gloria, es la humildad.
Simple de decir; pero dificil de aprender y más aún de aplicar.
Para muchos es una forma de vida, para otros una medalla de palabras vacías que colgar.
Vivir en Ecuador me está enseñado una de esas lecciones que nunca se olvidan. Estoy aprendiendo a mirar, que no a ver, más allá del materialismo y tópicos injustificados.
Esta magnífica gente me está enseñando a ser ingeniero con minúscula, sin galones ni sedas, sin titulitis ni perogrulladas.
Basta ser uno como es, no tan tan como aquellos 'modernos terratenientes desempleados'.
Esto hay que vivirlo, y al vivirlo, disfrutarlo.
Les invito a que lo disfruten y aprendan conmigo al otro lado del océano.